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Libros de Museos y Monumentos

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Cine De Dedo, Museo Guggenheim Bilbao
Una obra del arquitecto Frank O. Gehry

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Cine de Dedo, Ciutat de les Arts i les Ciencies de València
Una obra del arquitecto Calatrava

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Cine de Dedo, Palau Güell
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Cine de Dedo, Anella Olímpica
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Cine de Dedo, Monumento a Colón
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El dragón

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Monasterio de Piedra
800 años de arte, arquitectura y naturaleza

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Libros sobre museos y monumentos

Los museos y monumentos constituyen una de las fuentes de riqueza más importantes de las sociedades. A través de ellos, se puede profundizar en el conocimiento del pasado, y su presencia contribuye de forma decisiva a configurar la identidad cultural del territorio en el que se ubican.

Estos libros sobre museos y monumentos publicados por Dosde permiten descubrir obras que suscitan admiración en todo el mundo, tanto por sus valores estéticos y técnicos como por su significación histórica y simbólica. A través de sus páginas se puede profundizar en un patrimonio cultural excepcional, tan variado como extenso, en el que aparecen representadas algunas de las corrientes estilísticas más destacadas de la historia.

Un legado único

Tal y como detallan estos libros, España atesora algunos de los conjuntos arquitectónicos y museísticos más conocidos del mundo, testimonios de la dilatada historia de un país por el que han pasado diversas civilizaciones. De hecho, figura entre los países con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en un signo evidente de su relevancia cultural.

De la prehistoria a la era romana

Entre los monumentos más antiguos de España figuran destacadas muestras de la época prehistórica, como las cuevas de Altamira y de Tito Bustillo –en las que se conservan valiosas colecciones de pinturas rupestres– y las diversas construcciones megalíticas erigidos en la isla de Menorca.

La aparición de los pueblos celtas e íberos también es recordada por importantes vestigios, mientras que la llegada de los romanos se materializó en una serie de obras excepcionales que, en muchos casos, lograron resistir el paso del tiempo en óptimas condiciones, como evidencian los restos conservados en ciudades como Mérida, Tarragona, Lugo y Segovia.

La Edad Media

Tras la caída del Imperio romano, la península ibérica quedó bajo el dominio visigodo, una etapa que se prolongó hasta el siglo VIII, cuando casi la totalidad del territorio pasó a estar controlada por tropas musulmanas procedentes del norte de África. La riqueza cultural y artística de la España musulmana tuvo su reflejo en conjuntos arquitectónicos de diseño exquisito como la mezquita de Córdoba y, sobre todo, la Alhambra de Granada, la ciudad palatina destinada a acoger la sede del reino nazarí, la cual es analizada en varios de los libros sobre museos y monumentos publicados por Dosde, disponibles tanto en los formatos de Edición Visual y Foto como en el de Libros Edición de Lujo.

En el territorio peninsular bajo control de los reinos cristianos, el arte y la arquitectura adoptaron en un primer momento los rasgos propios del románico, tal y como evidencian monumentos como la catedral de Santiago y los numerosos templos y monasterios repartidos por la ruta jacobea, pero con el paso de los siglos se produjo una evolución hacia el gótico, cuyas características permitieron realzar la belleza de catedrales como las de León, Burgos, Toledo y Sevilla, entre otras.

Asimismo, el estrecho contacto entre musulmanes y cristianos dio lugar al arte mudéjar, un estilo exclusivamente hispánico que fue utilizado tanto en el ámbito religioso como en el civil. Una de los mejores muestras de esta corriente es el palacio del rey don Pedro del Real Alcázar de Sevilla, cuyos detalles se pueden conocer en nuestros libros.

Renacimiento

La eclosión del Renacimiento coincidió en España con diversos episodios históricos trascendentales, como la unión de las coronas de Castilla y Aragón tras el matrimonio de los Reyes Católicos, la finalización de la Reconquista y el descubrimiento de América. El país se convirtió en la primera potencia mundial, y esa prosperidad propició un auge de la actividad artística y arquitectónica.

En la pintura, destacaron autores como El Greco, cuyas obras ilustran numerosos libros mientras que a nivel arquitectónico se produjo una evolución desde el estilo plateresco, presente en monumentos como el Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad de Salamanca, hasta el pleno Renacimiento, identificado con el palacio de Carlos V de la Alhambra, para culminar en el estilo herreriano, cuyo mayor exponente es el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Barroco

Identificado con los valores de la Contrarreforma católica –el movimiento espiritual surgido como respuesta a la Reforma protestante–, el Barroco español fue un período especialmente fructífero en el ámbito artístico. En ese período surgieron grandes maestros de la pintura como Diego Velázquez, José de Ribera, Francisco de Zurbarán y Bartolomé Esteban Murillo, y se impulsaron numerosos proyectos urbanísticos y arquitectónicos en base a un estilo distinguido por la riqueza decorativa y la exuberancia formal.

Los principales focos de difusión del Barroco fueron Madrid y Sevilla, como evidencian las libros sobre museos y monumentos de Dosde , aunque el nuevo estilo también dejó una profunda huella en lugares como Santiago de Compostela, cuyo casco urbano, al igual que su catedral, integró a la perfección las características esenciales de ese movimiento artístico.

Siglo XIX

La España del siglo XIX estuvo marcada por la inestabilidad política, pero también por los efectos de la Revolución Industrial. En esa época, las grandes ciudades derribaron sus viejas murallas medievales y se expandieron de forma ordenada para acoger a los inmigrantes procedentes del mundo rural que querían trabajar en las nuevas fábricas.

En ese período de cambios, numerosos artistas e intelectuales reivindicaron la importancia del patrimonio cultural del país. Los organismos oficiales comenzaron a preocuparse por restaurar los monumentos que acusaban el paso del tiempo y crearon instituciones como el Museo del Prado, mientras que los arquitectos se encargaron de estudiar y difundir estilos pretéritos como el románico, el gótico y el mudéjar.

Ya a finales de siglo, emergió el modernismo, un movimiento que combinó los materiales de la era industrial con las técnicas de trabajo artesanales con el fin de trasladar la belleza a todos los ámbitos de la vida. Los libros sobre museos y monumentos de Dosde permiten profundizar en las particularidades de esa corriente, que tuvo un impacto especialmente notorio en Barcelona, la ciudad en la que trabajaron los principales referentes del movimiento, como Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch y, sobre todo, Antoni Gaudí, el artífice de la Sagrada Familia, la Casa Batlló y La Pedrera, entre otras obras maestras de la arquitectura.

Era contemporánea

En la primera mitad del siglo XX, la aparición de las vanguardias artísticas renovó por completo el mundo cultural. Movimientos como el surrealismo, el cubismo y el expresionismo, entre otros, cuestionaron los cánones imperantes hasta entonces en Occidente, abriendo un nuevo horizonte de posibilidades creativas.

El legado de las vanguardias artísticas quedaría integrado en las colecciones de los diversos museos creados en España entre la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Entre los más destacados figuran los que, junto con el Museo del Prado, conforman el denominado Triángulo del Arte de Madrid: el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, considerado el centro de arte contemporáneo de referencia en España, y el Museo Thyssen-Bornemisza, cuyos fondos suman cerca de un millar de obras de todas las épocas. Barcelona también alberga museos de fama internacional, como el Museo Picasso, centrado especialmente en la etapa de formación del pintor cubista, y la Fundación Joan Miró, que permite realizar un recorrido por toda la trayectoria de uno de las grandes figuras de la pintura contemporánea.

Asimismo, en Bilbao se encuentra uno de los museos más visitados de España: el Museo Guggenheim Bilbao. Inaugurado en 1997, este centro de arte contemporáneo fue diseñado por el arquitecto norteamericano Frank O. Gehry, y ha trascendido la función museística para erigirse en uno de los símbolos de la modernización del país.

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