Palau Güell

¿Qué es el Palau Güell?

Salón del Palau Güell de Barcelona, Antoni Gaudí

El salón central del Palau Güell era la estancia más importante del edificio

 

Situado en el centro de Barcelona, en la calle Nou de la Rambla, el Palau Güell es un palacio diseñado por Antoni Gaudí por encargo del industrial Eusebi Güell, el principal mecenas del arquitecto. El edificio, en el que Gaudí combinó de forma magistral la riqueza ornamental con la máxima funcionalidad, se construyó entre 1885 y 1890, coincidiendo con la eclosión del modernismo, e incluye el trabajo de algunos de los mejores artesanos de la época.

 

La importancia del Palau Güell (o Palacio Güell) queda reflejada en su inclusión en 1986 en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

 

Los orígenes del Palau Güell

Fotografia histórica del interior del Palau Guell en Barcelona

 

En 1885, Barcelona se halla en un momento de efervescencia por la preparación de la Exposición Universal de 1888, el acontecimiento que culminó la expansión urbanística de la ciudad tras la destrucción de las murallas. En este contexto, el industrial Eusebi Güell, impresionado por los trabajos de Antoni Gaudí en su finca de veraneo, encarga al arquitecto de 34 años, el proyecto de un palacio urbano en una calle adyacente a la Rambla, donde la familia Güell residía.

 

En una época en que la mayoría de las familias burguesas se trasladaban al flamante Ensanche en busca del espacio, la luz y la modernidad que las angostas calles de la Barcelona intramuros no les podían dar, Güell apuesta por construir su residencia en el Raval –un barrio entonces muy degradado– porque el solar le permitía conectar el nuevo palacio con la mansión familiar de la Rambla.

 

En este entorno, Gaudí proyecta el Palau Güell, un edificio deliberadamente introspectivo –austero por fuera y suntuoso por dentro–, cuyas estancias se aíslan tanto de la calle como del patio de manzana para organizarse alrededor de un salón central, una gran sala vertical que parte del principal y perfora todos los niveles del edificio hasta culminar en una cúpula parabólica.

 

Pese a la enorme inversión que realizó en esta obra, Güell apenas vivió 20 años en el palacio. En 1910, meses después de los violentos episodios de la Semana Trágica, se trasladó al Park Güell, una zona tranquila a varios kilómetros del centro. El Palau Güell quedó a cargo de sus hijos hasta que, en 1945, fue vendido a la Diputación de Barcelona, con la condición de que jamás fuese derribado ni desnaturalizado y quedara como uno de los mejores ejemplos del patrimonio arquitectónico que suponen las obras de Gaudí.

 

La fachada del Palau Güell

Fachada del Palau Guell de Gaudi en Barcelona

 

Güell sugirió a Gaudí que el exterior del Palau Güell fuera un contrapunto de sobriedad y rigor al ambiente abigarrado de la calle Nou de la Rambla, conocida entonces por sus cabarets. El arquitecto proyectó la fachada del palacio con mampostería regular de piedra calcárea blanca de la cantera que Güell poseía en el Garraf. Sólo la tribuna de la planta noble rompe la austeridad del palacio, estrictamente basado en líneas rectas excepto los dos arcos catenarios que dibujan las puertas de entrada y salida del edificio.

 

En el plano ornamental también reina la sobriedad. No hay más escultura que las flores de lirio que rematan la tribuna. Los trabajos en hierro forjado dan un respiro al rigor imperante con una señera a base de plancha lisa y red metálica, coronada por un águila de alas extendidas, y las rejas de ventanas y puertas, repletas de formas orgánicas de inspiración natural.

 

El sótano del Palau Güell

Sótano del Palau Guell de Gaudi en Barcelona

 

Íntegramente construido en fábrica de ladrillo –salvo el suelo–, el sótano del Palau Güell de Barcelona se destinó a las cuadras para los caballos, un ámbito en principio secundario que Gaudí planteó con su habitual meticulosidad, diseñando un gran espacio único sostenido por un bosque de pilares de sección circular y cuadrada al que se accede por dos rampas –una para personas y otra para caballos– y cuya amplitud facilitaba tanto el movimiento de los animales como la ventilación e iluminación necesarias, garantizadas gracias a los huecos abiertos en la planta superior y a la presencia de un patio de luces en la parte trasera, junto al pequeño cuarto del cochero.

 

La planta baja

En la planta baja del Palau Güell se concibió un lujoso espacio de recepción con carácter monumental, a modo de gran vestíbulo, alrededor del cual se articulan la circulación y los accesos –peatonal y rodado– y las demás estancias de la planta. Para una mejor organización, el arquitecto Gaudí planteó el vestíbulo dividido en dos partes –una a cada lado de la escalera que conduce a los niveles superiores de la residencia– para ordenar la entrada y la salida de los carruajes ya que no se disponía de suficiente espacio para maniobrar los vehículos.

 

No obstante, la planta baja del Palau Güell fue destinada en su mayor parte a dependencias de servicio –el almacén, la cochera y la residencia del portero– que fueron distribuidas por el arquitecto de forma discreta con el fin de que quedasen ocultas cuando los ilustres invitados de la familia accediesen al Palacio Güell.

 

La planta noble

Salón del Palau Guell de Antoni Gaudi

El salón central, eje del Palau Güell, tiene una altura de 16,4 metros

 

En la arquitectura romana y musulmana, las distintas estancias de los palacios y las viviendas de las familias ricas se organizaban en torno a un patio central, llamado atrio. En la planta noble del palacio urbano que diseñó para Güell, el arquitecto Gaudí se inspiró en esta idea y sustituyó el atrio por un salón de tres pisos de altura, destinado a actos sociales, conciertos y celebraciones litúrgicas.

 

Alrededor de este espacio, convertido en el centro de la vida pública del palacio, Gaudí distribuyó el resto de estancias de la planta según el tipo de relaciones sociales que debían acoger, con las salas delanteras –las que dan a la fachada principal– reservadas a las visitas y las posteriores –abiertas al patio de manzana– a las reuniones íntimas y familiares.

 

La segunda planta

El arquitecto catalán planteó con suma racionalidad los dormitorios del Palau Güell, con una espaciosa alcoba para el matrimonio Güell junto a la luminosa y tranquila fachada posterior y el resto de dormitorios adosados a la fachada principal. El número de estancias era insuficiente para la copiosa descendencia de los Güell, pero Gaudí sabía que no toda la familia se instalaría en el palacio y que los hijos mayores lo harían sólo de manera temporal, por lo que optó por dar prioridad a la amplitud de las piezas y reservar un espacio para sala de confianza, donde toda la familia pudiera reunirse.

 

En la decoración, Antoni Gaudí se limitó a desarrollar unos pocos detalles, con la intención de permitir que los residentes pudieran decorar las habitaciones a su gusto. Esta sobriedad ornamental se acentúa en el desván del palacio, la planta destinada al numeroso servicio doméstico de la familia.

 

La azotea del Palau Güell

Azotea del Palau Guell de Antoni Gaudi

 

Además del salón central y el sótano, la terraza es el espacio más sugerente del Palau Güell. Veinte chimeneas de ladrillo visto o revestidas de trencadís de cerámica, vidrio, mármol, porcelana o arenisca, y cuatro tragaluces con forma de arco catenario rodean la esbelta linterna que se levanta 15 metros sobre el nivel de la cubierta –con un sol radiante, un murciélago-veleta y una cruz griega–, en un homenaje a la intrincada personalidad de las azoteas de la ciudad de Barcelona que culminaría dos décadas después con la realización de la onírica azotea de La Pedrera.

 

Un libro para recorrer con todo detalle el Palau Güell

El Palau Güell es una de las grandes obras maestras realizadas por Antoni Gaudí en Barcelona. El arquitecto realizó una arriesgada propuesta al crear esta residencia de diseño vanguardista para el empresario Eusebi Güell.

 

Este libro sobre el Palau Güell recorre el palacio en detalle, a través de más de 250 fotografías e ilustraciones donde el lector podrá descubrir la grandeza de esta obra de Gaudí. Editado por Dosde, es el libro más completo sobre esta obra de Gaudí en Barcelona.

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